El grupo organizador del evento, Flavor Fusion Fest, anunció los resultados a través de sus redes sociales y precisó que aunque se elaboraron 32 mil 978 libras, «las mismas están certificadas por Guinness, por los ingenieros y los encargados de salud como la mayor cantidad jamás hecha por un sancocho a nivel mundial”.
Flavor Fusion Fest y los chefs participantes agradecieron a los colaboradores, patrocinadores y a los dominicanos que apoyaron la causa y que se sumaron a los esfuerzos para intentar romper el récord mundial.
«Vinimos a romper un récord y nos dimos cuenta que rompimos muchísimos más, rompimos el récord de la alegría de la gente, rompimos el récord de coraje y valentía de todos los dominicanos que nos apoyaron, rompimos el récord de la solidaridad”, expresaron.
El 25 de noviembre pasado Santo Domingo devino escenario del sancocho más grande del mundo.
Cocinado por experimentados chefs dominicanos –entre ellos los famosos María Marte y Amilkar Gonell-, el 70 por ciento de esa comida fue donada a organizaciones sociales sin fines de lucro para su distribución en la población vulnerable.
Y también se aprovecharon del festín quienes se encontraban en el parque Mirador del Este desde horas tempranas, observando de cerca el singular evento.
En un ambiente tranquilo pero bullanguero, con cientos de personas disfrutando música salsera y de bachata, jazz y merengue, los cocineros comentaron que llevaban días sin dormir, pelando viandas y preparando las carnes y los condimentos que brindan sabores y aromas únicos.
Es casi imposible estar en República Dominicana y no degustar el tradicional sancocho, una de las delicias gastronómicas de este país caribeño.
La mayoría de los naturales y los visitantes entregan al paladar el deleite de un plato típico, tradicional, y muy alimenticio.
Con su cultura, lo trajeron emigrantes de las islas Canarias a fines del siglo XVIII, y sigue siendo favorito en los hogares locales.
Se sirve también, sin que falte el arroz y el aguacate, en cuanta reunión festiva se organice. Es un elemento socializador por excelencia.
Una gigantesca cazuela sobre una cocina soportó varias horas de calor, mientras los hacedores del sancocho revolvían de manera constante los componentes, entre otros, plátanos, guineos, yuca, carne de pollo y de cerdo, para que el sabor quedara parejo y la estética del plato resultara atrayente, a pesar de la gran cantidad cocida.
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