Según activistas de la zona las fuerzas de Estados Unidos desplegadas en las instalaciones del campo gasífero de Koniko en el norte de la provincia de Deir Ezzor, a unos 450 kilómetros al nordeste de esta capital, fueron bombardeadas con varios proyectiles.
La Resistencia Islámica Iraquí se hizo responsable de la acción, y afirmó que la misma se realizó en respuesta al apoyo estadounidense al genocidio que comete Israel contra el pueblo palestino en la Franja de Gaza.
El lunes último dos bombardeos con cohetes y drones apuntaron contra las bases de Kherab Jir y Al-Omar.
Según reconocieron funcionarios del Pentágono, se reportaron 74 bombardeos contra los objetivos de Estados Unidos en Siria desde el día 7 de octubre pasado.
Washington mantiene una quincena de bases en territorio sirio sin el consentimiento del Gobierno de Damasco, ni la aprobación de las Naciones Unidas.
Siria denunció repetidamente esta presencia, la que calificó de ocupación, y aseguró que la actuación de los militares estadounidenses en el territorio nacional incentiva la actividad terrorista y apunta a desestabilizar el país y saquear sus riquezas.
Los ataques contra esas bases aumentaron notablemente desde el comienzo de la agresión israelí contra la Franja de Gaza, superando los 100 tanto en Siria como en Iraq, y causaron lesiones al menos a 45 militares estadounidenses.
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