De acuerdo con activistas locales, los proyectiles fueron disparados contra las bases de Kherab Jir y Al-Shaddadi en Hasakeh, y de Al-Omar y Konico en la provincia de Deir Ezzor.
Se trata del ataque más intenso en tan poco tiempo reportado hasta el momento contra las fuerzas del Pentágono en Siria. La víspera, los uniformados de Estados Unidos desplegados en las instalaciones del campo gasífero de Koniko fueron bombardeadas con varios proyectiles.
La Resistencia Islámica Iraquí se hizo responsable de las acciones, y afirmó que las mismas se realizaron en respuesta al apoyo estadounidense al genocidio que comete Israel contra el pueblo palestino en la Franja de Gaza.
Según reconocieron funcionarios del Pentágono, se reportaron bombardeos contra los objetivos de Estados Unidos en Siria desde el día 7 de octubre pasado, lo que significa un aumento del 45 por ciento.
Washington mantiene una quincena de bases en territorio sirio sin el consentimiento del Gobierno de Damasco, ni la aprobación de las Naciones Unidas.
Siria denunció repetidamente esta presencia, la que calificó de ocupación, y aseguró que la actuación de los militares estadounidenses en el territorio nacional incentiva la actividad terrorista y apunta a desestabilizar el país y saquear sus riquezas.
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