Una declaración de la Asociación de Estudio de Derechos Humanos de Corea (Aedhc) denunció que las verdaderas intenciones de esa funcionaria del Departamento de Estado son la confrontación e instigar la injerencia en los asuntos internos de la RPDC.
La esencia de sus acciones es crear inquietud psicológica y descontento en el país, satanizar a nuestro Estado, a fin de preparar las bases para derrocarlo, apuntó.
Los derechos humanos son inseparables de la defensa de la soberanía del país -sentenció- y lo primero que debería hacer EEUU si está tan preocupado al respecto es poner fin a las hostilidades contra la RPDC y su pueblo.
Denunció, además, que la política exterior injerencista de Washington, causante de la crisis humanitaria en el Medio Oriente y otras partes del mundo, lo convierten en el peor violador de los derechos humanos y en merecedor de la condena de la comunidad internacional.
Los derechos humanos no pueden utilizarse como herramienta de un Estado para materializar su política hegemónica, señaló la Aedhc.
La RPDC defenderá cabalmente los intereses del pueblo coreano frente a los designios de EEUU y otras fuerzas hostiles, y se sumará activamente a los esfuerzos mundiales por la justicia y el aseguramiento de los auténticos derechos humanos, afirmó.
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