A propósito del Día Internacional dedicado a las víctimas de ese flagelo, el alto representante consideró esta como una amenaza verdadera en las actuales circunstancias.
El titular de la ONU convocó a fortalecer mecanismos de prevención, educar a las nuevas generaciones sobre episodios pasados y contrarrestar la información errónea y la desinformación, «que pueden alimentar el discurso de odio y las intenciones y acciones genocidas».
“Lamentablemente, corremos el peligro de olvidar las oscuras lecciones del pasado. En el mundo actual de profunda división, desconfianza y conflicto, seguimos enfrentando la amenaza duradera de este crimen atroz”, afirmó.
A juicio del máximo responsable de la ONU, la Convención sobre Genocidio resulta esencial para esos esfuerzos al codificar ese crimen por primera vez hace 75 años.
Ese instrumento debe ser «una fuerza viva en nuestro mundo, llamándonos a cumplir su promesa solemne», agregó Guterres.
Para cumplir el compromiso suscrito por las 153 partes de la Convención, es necesario que todos los gobiernos ratifiquen e implementen plenamente ese histórico instrumento y garanticen que los perpetradores rindan cuentas, añadió.
La Convención de 1948 para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio significó el compromiso de la comunidad internacional de nunca más y proporcionó la primera definición legal internacional de genocidio, ampliamente adoptada a nivel nacional e internacional.
El documento consideró ese crimen como un delito que puede cometerse tanto en tiempos de guerra como en tiempos de paz con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso.
Al mismo tiempo, estableció el deber de los Estados Partes de prevenir y castigar ese delito.
En coincidencia con la fecha, la Asamblea General estableció en 2015 esta jornada como Día Internacional de Conmemoración y Dignidad de las Víctimas.
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