Desde el acceso a la educación hasta la igualdad salarial, el instrumento pautó por primera vez los derechos indivisibles e inalienables de toda la humanidad como «una norma común de logros para todos los pueblos y todas las naciones».
Ese proyecto global para las leyes y políticas internacionales, nacionales y locales, es considerado un pilar esencial de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible y sus 17 Objetivos.
Al mismo tiempo, la Declaración ha inspirado por todo el orbe luchas por una mayor protección de los derechos humanos al tiempo que ha contribuido para su reconocimiento.
De acuerdo con la ONU, los avances en el respeto por esas garantías en estos 75 años no significa que la defensa por la igualdad haya terminado o termine nunca.
La promesa de la Declaración de dignidad e igualdad de derechos para todas las personas sufre un ataque constante durante los últimos años.
«Cuando el mundo se enfrenta a desafíos nuevos y continuados —como las pandemias, los conflictos, las desigualdades crecientes, la quiebra moral del sistema financiero mundial, el racismo y el cambio climático—, los valores y los derechos consagrados en la Declaración sirven de guía para nuestras acciones colectivas de no dejar a nadie atrás», dice el organismo.
Siempre que se abandonan los valores de la humanidad, todos corremos un mayor riesgo, advierte a propósito de la fecha.
La ONU reconoce en ese sentido que las soluciones a las mayores crisis actuales tienen su origen en los derechos humanos.
«Las violaciones de estos tienen repercusiones más allá de las fronteras y de las generaciones. Estas pueden ser, y deben ser, superadas colectivamente», señala.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos llama a todas las personas a defender su protección al tiempo que reconoce la necesidad de una economía inviertan en esas garantías y que funcione para todas las personas.
«Necesitamos renovar el contrato social entre los gobiernos y sus pueblos y dentro de las sociedades, para reconstruir la confianza y adoptar una visión compartida y global de los derechos humanos en el camino hacia un desarrollo justo y sostenible», asegura la convocatoria por la fecha. La Declaración consagra los derechos inalienables que todo ser humano tiene, independientemente de su raza, color, religión, sexo, idioma, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.
Ese instrumento fue proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en París, el 10 de diciembre de 1948 y constituye el documento más traducido en todo el mundo con versiones en más de 500 lenguas.
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