Hoy es más importante que nunca promover y respetar todos las garantías sociales, culturales, económicas, civiles y políticas que nos protegen a todos, enfatizó el titular del organismo en su mensaje por la fecha.
La Declaración Universal es una hoja de ruta que ayuda a poner fin a las guerras, sanar las divisiones y promover vidas de paz y dignidad para todos, agregó.
Guterres advirtió de una pérdida de rumbo del planeta que pone en riesgo los avances en esa materia.
«Los conflictos están arrasando. La pobreza y el hambre están aumentando. Las desigualdades se están profundizando. La crisis climática es una crisis de derechos humanos que está afectando más a los más vulnerables», señaló.
Al mismo tiempo reconoció otras tendencias nocivas como el aumento del autoritarismo, la reducción del espacio cívico y el retroceso en la igualdad de género y las garantías reproductivas.
El máximo responsable de la ONU recordó el texto incial del documento que reconoce a todos los seres humanos como libres e iguales en dignidad y derechos desde su nacimiento.
La icónica frase de la Declaración Universal de Derechos Humanos es tan importante hoy como lo fue cuando se adoptó hace 75 años, dijo.
En ese sentido, convocó a los estados firmantes del documento a fortalecer su compromiso con los valores eternos de ese instrumento al tiempo que instó a promover y respetar los derechos humanos, todos los días, para todos, en todas partes.
La Declaración consagra los derechos inalienables que toda persona tiene como ser humano, independientemente de su raza, color, religión, sexo, idioma, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.
Desde el acceso a la educación hasta la igualdad salarial, el texto pautó por primera vez las garantías indivisibles e inalienables de toda la humanidad como «una norma común de logros para todos los pueblos y todas las naciones».
Ese instrumento fue proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en París, el 10 de diciembre de 1948 y constituye el documento más traducido en todo el mundo con versiones en más de 500 lenguas.
oda/ebr