El sumo pntífice, luego del rezo del Ángelus, desde la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico del Vaticano, expresó en horas del mediodía ante los fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro, su «satisfacción por la liberación de un número importante de prisioneros armenios y azerbaiyanos».
En una declaración conjunta firmada el pasado 7 de diciembre los gobiernos de ambas naciones reafirmaron la intención de normalizar relaciones y, como gesto de buena voluntad, Azerbaiyán dio la libertad a 32 militares armenios, mientras que Armenia entregó a dos efectivos azerbaiyanos.
“Veo con gran esperanza esta señal positiva para las relaciones entre Armenia y Azerbaiyán, para la paz en el Cáucaso Meridional, manifestó el obispo de Roma, y añadió que “aliento a las partes y a sus dirigentes a concluir el Tratado de Paz lo antes posible”.
Se refirió, en otra parte de sus palabras, tras la oración dominical, a la celebración este 10 de diciembre del Día Mundial de los Derechos Humanos, y señaló que la lucha por la defensa de los mismos “es como un camino principal, en el que se han dado muchos pasos hacia adelante pero aún faltan muchos, y lamentablemente a veces retrocedemos”.
“En este sentido, estoy cerca de todos aquellos que, sin proclamas, en la vida cotidiana concreta, luchan y pagan personalmente para defender los derechos de quienes no cuentan”, agregó Francisco.
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