En conferencia de prensa el secretario ejecutivo de ese organismo de Naciones Unidas, José Manuel Salazar-Xirinachs, y el director de la División de Desarrollo, Daniel Títelman, presentaron el informe Balance Preliminar de las Economías del área correspondiente a 2023.
Las naciones de América Latina y el Caribe tendrán en su conjunto este año un crecimiento de 2,2 por ciento, inferior al del año anterior, y para 2024 se proyecta una contracción mayor, con 1,9 puntos porcentuales, dijo Títelman.
Por países las diferencias son grandes, pues si Panamá tendrá en 2023 un alza de 6,1 puntos, Argentina caerá a -2,5 y Haití sufrirá un retroceso de -1,8.
Respecto a Chile, este año se proyecta un pobre crecimiento de 0,1 por ciento en su PIB y en el próximo ese indicador saltará hasta 1,9, un buen incremento, pero todavía insuficiente para mover hacia adelante al conjunto de la economía y crear los empleos necesarios.
Títelman se refirió a cómo esta situación regional se refleja en una contracción de la creación de nuevos puestos y la escasa participación laboral en el desarrollo. Cada vez hay menos gente buscando trabajo, apuntó el especialista.
Al mismo tiempo crece la informalidad que en estos momentos representa el 50 por ciento como promedio regional, así como la brecha de género con una desventaja de casi 21 puntos para las mujeres.
En cuanto al panorama global, Salarzar-Xirinachs indicó que continúa la desaceleración de la actividad económica y del comercio; la inflación a nivel mundial se reduce, aunque no hay cambios significativos en la política monetaria de los principales bancos.
China, segundo socio comercial de América Latina y el Caribe, mantiene una proyección a la baja debido a la continuidad de la crisis en el sector inmobiliario y su impacto para el resto de la economía.
En los mercados internacionales los precios de las materias primas y los bienes no energéticos prosiguen este año la tendencia a la baja, pero en contraste los derivados del petróleo experimentaron un aumento por los recortes de suministro en los principales exportadores.
La Cepal precisó que en medio de este panorama las autoridades monetarias de la región comenzaron a su vez a reducir las tasas rectoras de interés, pero condicionada a la evolución de la inflación subyacente y la dinámica del tipo de cambio.
Por otra parte, los niveles de la deuda soberana en el área, si bien se han reducido, todavía son muy elevados, lo cual sumado al incremento del costo del financiamiento externo e interno, restringe el espacio fiscal.
El organismo recomendó aplicar políticas para dinamizar el crecimiento inclusivo y sostenible, estimular la inversión pública y privada e insistir en una reforma profunda de la arquitectura financiera internacional.
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