En su discurso por la inauguración del primer tramo del Tren Maya, respondió así a una pregunta de un periodista y comparo lo que propone y ejecuta Javier Milei con lo ya hizo y fracaso en México Carlos Salinas de Gortari, es decir, nada nuevo, todo lo mismo, solo que con más actuación.
López Obrador lamentó que Milei ganara las elecciones pero es fue la voluntad de la mayoría del pueblo argentino y hay que respetarlo, aunque aclaró que no está de acuerdo con esas políticas proclamada por el nuevo presidente.
Repitió que es como regresar a lo que ya se padeció, a lo que no funcionó y lo que aconsejo al pueblo argentino como a los demás del mundo, que no caigan en provocaciones, que evadan la trampa de la violencia, que es eficaz políticamente la no violencia, la resistencia pacífica y no hay que exponerse al acoso.
Pero al mismo tiempo eso no significa no protestar, hay que regresar a Mahatma Gandhi, a las lecciones de Nelson Mandela, a Martin Luther King, a la no violencia, porque como ellos no tienen la razón pueden usar la fuerza bruta para imponerse y no hay salida.
Hay muchísimas formas de llevar una desobediencia civil pacífica, aplicar el principio de la no violencia, pero no puedo meterme en eso. Me faltan nueve meses para terminar y me retiro, y no le debo nada a la política. Pero no caigan en la trampa de la violencia porque eso trae más sufrimiento, más desgracia.
Recordó los sucesos cuando en 2006 el Partido Acción Nacional, los mismos empresarios de ahora le robaron la presidencia para dársela a Felipe Calderón, fue una situación difícil porque más de 10 millones de mexicanos pedían armas.
Entonces, si uno no aprieta los mismos enemigos empiezan a difundir que ya uno se vendió, y los medios a su servicio a divulgar que no hay protestas porque recibimos el precio que pusimos, y si protestas entonces la situación se sale de control y hay violencia.
Como nos tocó decidir, recordó, nos fuimos al Zócalo, nos costó muchísimo, la prensa adversaria decía barbaridades, que bloqueábamos todo, pero todo se hizo sin violencia, sin romper ni un solo cristal, y seguimos adelante porque sí funciona la no violencia.
Al final, insistió que no compartía para nada los planteamientos retrógrados de Milei y lo volvió a calificar de más de lo mismo, pero con la agravante de que ya todo eso que propone se aplicó en más de una oportunidad y en más de un país y fracasó estrepitosamente.
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