En su cuenta X, antes Twitter, el jefe de Estado manifestó sentirse satisfecho de “haber estado cara a cara como lo quería desde hace mucho tiempo” con su par guyanés para dirimir el tema de la disputa de la Guyana Esequiba.
Valió la pena levantar la bandera de la verdad, enarbolar nuestras razones históricas y buscar con la Diplomacia Bolivariana de Paz el camino del diálogo y el entendimiento para canalizar esta controversia histórica, subrayó.
Maduro agradeció a los Primeros Ministros y Presidentes de la Celac y Caricom que estuvieron presentes en la reunión bilateral de diálogo entre Guyana y Venezuela.
“Hemos dado un gran paso histórico para retomar el sendero de la legalidad, del dialogo y de la Paz. ¡Ese es nuestro camino!”, remarcó.
El gobernante bolivariano y Alí sostuvieron ayer un encuentro en la capital sanvicentina, promovido por la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Comunidad de Estados del Caribe (Caricom), además del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y el secretario general de la ONU, António Guterres.
En una declaración conjunta al término de la reunión en Kinsgtown, capital sanvicentina, los mandatarios sudamericanos expresaron su compromiso con la búsqueda de la buena vecindad, la convivencia pacífica, y la unidad de América Latina y el Caribe.
Pactaron que ambos Estados se abstendrán, ya sea de palabra o de hecho, de intensificar cualquier conflicto o desacuerdo derivado de cualquier controversia entre ellos.
Los gobernantes acordaron continuar el diálogo sobre cualquier otro asunto pendiente, de importancia mutua para los dos países, y concertaron establecer inmediatamente una Comisión Mixta de los ministros de Relaciones Exteriores y técnicos de los dos Estados para tratar los asuntos mutuamente acordados.
En un plazo de tres meses la comisión presentará una actualización a los presidentes de Guyana y Venezuela. Convinieron, además, que cualquier controversia entre los Estados se resolverá de conformidad con el Derecho Internacional, incluido el Acuerdo de Ginebra de 1966, y “no se amenazarán -directa o indirectamente- ni utilizarán la fuerza mutuamente en ninguna circunstancias”, incluidas las derivadas de cualquier controversia existente entre ambos países.
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