Señala que unos 180 mil migrantes y solicitantes de asilo mexicanos, que viajaban en grupos familiares, cruzaron la frontera hacia Estados Unidos durante los 12 meses que finalizaron en octubre, cuatro veces más que el año anterior.
El reportaje cita cifras de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de Estados Unidos, en las cuales señala que es una quinta parte de los 868 mil migrantes de todas las nacionalidades que viajan en grupos familiares.
La nota periodística da cuenta de la Iniciativa Kino para la Frontera, un gran refugio y centro de recursos para inmigrantes en Nogales, Sonora, donde entrevistaron a 21 familias de inmigrantes a lo largo de la frontera en Texas y Arizona que identificaron su salida con la violencia -y no los factores económicos- como el principal motivo de dejar México.
Explica que las familias representan un cambio con respecto al pasado, cuando los inmigrantes mexicanos eran principalmente hombres en busca de trabajos mejor remunerados.
Alrededor del 88% de los mexicanos que pasaron por Kino este año dijeron que buscaban escapar de la violencia, según las entrevistas del centro con 6,710 personas.
«Ya no sólo tenemos inmigrantes que vienen a Estados Unidos a trabajar», dijo Pedro De Velasco, director de educación y defensa de Kino. «Estamos viendo personas que se ven obligadas a abandonar sus comunidades. Tienen que huir».
El gran problema, explicó, es que no está claro cuántas de estas familias podrán permanecer legalmente en Estados Unidos, porque las personas que huyen de las pandillas a menudo no califican para asilo.
El tema se politiza pues los solicitantes deben demostrar temor a la persecución derivada de sus creencias políticas o de pertenencia a una raza, religión, nacionalidad o grupo social en particular.
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