En su comunicado, dicha instancia señaló que se trata de un tope de precio a las compras de gas en el mercado mayorista y otras disposiciones para fomentar el ahorro energético y la solidaridad entre los 27 Estados miembros.
Señalaron que es necesario para abordar una situación aún frágil en la UE, cuando ello permitirá garantizar la estabilización de los mercados energéticos, aliviar el efecto de la crisis y proteger a los ciudadanos de la UE de los precios excesivos de la energía.
A propuesta de la Comisión Europea (CE), los 27 acordaron extender un año el tope al precio del gas en 180 euros el megavatio-hora (MWh) en el mercado de futuros si los valores superan ese umbral durante tres días consecutivos.
Ese escudo, que entró en vigor el 1 de febrero de 2023 y nunca llegó a utilizarse porque se calmaron los precios, seguirá vigente hasta el 31 de enero de 2025, si bien ese hidrocarburo cotiza actualmente a unos 31 euros en el mercado de futuros TTF, notablemente más caro que antes de la crisis pero muy lejos del umbral de activación.
El polémico Tope al gas es una intervención que Países Bajos y Alemania se negaban a aprobar y que finalmente fue adoptado en diciembre de 2022, con la abstención de Berlín y La Haya, el voto en contra de Budapest y el Sí del resto de Estados miembros.
Los países de la UE también extendieron hasta el 31 de diciembre de 2024 las medidas de solidaridad entre Estados en caso de escasez de suministro de gas.
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