La decisión fue tomada en el curso de esa conversación y Biden pidió al secretario de Estado Antony Blinken, al de Seguridad Nacional Alejandro Mayorkas y a la asesora de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Liz Sherwood Randall, que viajen a México en los próximos días, pero sin fijar un día específico.
Los tres funcionarios estadounidenses se reunirán con el presidente López Obrador y su equipo para discutir nuevas acciones que se pueden tomar juntos para abordar los desafíos fronterizos actuales, precisaron.
Fuentes mexicanas señalaron que las conversaciones y el viaje se producen mientras el opositor Partido Republicano presiona a los demócratas de Biden para que realicen cambios importantes en la política de inmigración como condición para aprobar un paquete de asistencia de emergencia para Ucrania e Israel.
También cuando las medidas draconianas aplicadas por el gobernador de Texas, Greg Abbot, incluido un muro de boyas en el río Bravo, cercas de alambre de púas, y una temporada invernal muy fuerte, no han podido detener el flujo de migrantes por la frontera sur estadounidense.
En su conversación telefónica del jueves, Biden y López Obrador compartieron una preocupación similar sobre el aumento del flujo migratorio en las últimas semanas» indicaron a su vez fuentes estadounidenses.
Señalan que ambos mandatarios hablaron en términos generales sobre lo que se puede hacer dentro de México para frenar ese proceso, y corresponde ahora hacer definiciones de cómo será el trabajo conjunto.
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Se especula en el vecino país del norte que algunas de las medidas posibles serían aumentar los puestos de control en líneas ferroviarias y carreteras y ampliar la presencia de fuerzas de seguridad en la frontera sur de México, pero en este país no se han hecho comentarios a ese respecto.
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