El diario alerta, además, que va a seguir esa situación crítica, según coincidieron especialistas en política migratoria y defensores de derechos humanos de personas en situación de tránsito irregular.
Se trata de la cantidad de veces que los migrantes han ingresado una o más veces al territorio nacional con la finalidad de cruzar a Estados Unidos o pedir refugio en México, según cifras de la Secretaría de Gobernación (SG).
Parte de la tragedia es que de esas personas, entre tres y cuatro mueren a diario en este drama de la movilidad, aseveró el investigador del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Tonatiuh Guillén.
El catedrático lanza una lacónica advertencia: no hay factores para pensar que la situación se vaya a suavizar.
La Jornada agrega que para el experto en esta materia, 2023 fue un año donde el flujo migratorio en el país se incrementó como no se había visto en más de una década. Además, alertó que son de los números más altos de migrantes y refugiados vistos en el país, con un perfil dominante de los segundos.
El flujo de migrantes aumentó muchísimo, incluyendo el de mexicanos en busca de ir a Estados Unidos.
A su vez, la secretaria técnica del Grupo de Trabajo de Política Migratoria, Melissa Vértiz, coincidió con el académico de la UNAM y añadió que este incremento del flujo migratorio ha llevado a una crisis, porque el gobierno federal no ha tenido la capacidad para promover y garantizar los derechos de personas en contextos de movilidad.
Estamos ante un escenario donde muchas personas migrantes en México están viviendo en situación de calle y ha provocado un ambiente xenofóbico, donde vecinos han pedido el cierre de albergues porque no hay garantías para nadie, ni para los vecinos ni para la población en movilidad, lamentó.
Los datos oficiales evidencian el contraste entre los ingresos y las devoluciones en 2023. Sólo 8,6 por ciento de las personas indocumentadas en México fue devuelta a sus naciones.
La estancia de personas en situación migratoria irregular subió exponencialmente; permanecen de tres a cuatro meses en la misma entidad, tratando de conseguir una cita de solicitud de asilo en Estados Unidos a través de la app CBP One o mediante alternativas en las que arriesgan la vida para cruzar la frontera.
Ya no sólo las deportan, ahora se quedan en México y el tiempo de espera es muy largo para un trámite ante el Instituto Nacional de Migración (INM) o para obtener una cita por CBP One.
Pero quienes más lo han resentido son los albergues de la iglesia y la sociedad civil, porque se saturan y se intensificó este año, debido a la política de Estados Unidos, expresó el presidente del Consejo Ciudadano del INM, Mauro Pérez Bravo.
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