Moreta comentó que una de las quejas recurrentes de los jóvenes en los barrios populares es que por ser pobres, su forma de vestir o corte de cabello, los guardias los detienen con el argumento de que son dudosos, sin haber cometido delito alguno.
Reiteró que poseer pocos ingresos no significa ser un delincuente y señaló que muchas autoridades cometen abusos con residentes en barrios pobres.
Manifestó que la vieja cultura implantada durante la dictadura de Leónidas Trujillo «de primero trancar, votar la llave, y después depurar», ya está superada en la sociedad dominicana, y no se puede dar un paso atrás.
Acosta Moreta apuntó que la investigación de un perfil sospechoso recae sobre la apreciación personal del oficial actuante, por lo que éste podría cometer ligerezas y abusos que apunten a violaciones de los derechos humanos y de las normas constitucionales.
Reiteró que por simples sospechas a nadie se le puede impedir el libre tránsito.
Al respecto, comentó que para la uniformada es sospechoso, por ejemplo, un individuo que transita en un vehículo o motocicleta sin placa, mientras hay decenas de automóviles al servicio de esa institución que no la tienen.
Aseguró que la delincuencia no se controla con medidas desesperadas, sino en base a investigación, comedimiento; la policía está para asistir, ayudar y proteger al ciudadano, agregó.
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