Aunque al inicio se hablaba de 276 millones, un nuevo recuento de la Fiscalía y el Servicio de Impuestos Internos elevó la cifra en más de 100 millones de dólares.
Desde 2015 estos individuos crearon compañías en rubros como los servicios y la construcción, con el único propósito de evadir el fisco.
Estaban vinculados a siete grupos criminales y diseñaron un complejo esquema a través de diversas tácticas y entidades para ocultar sus ingresos reales y reducir sus obligaciones tributarias.
El clan Canessa, liderado por José Antonio Pavez Canessa, creó una red compuesta por 16 empresas que se dedicaban a la emisión y facilitación de facturas falsas a otras firmas.
También operaban los clanes Galaz, Barraza, Croxatto, Nexus, Barriga y Polanco.
Los líderes de esos grupos, todos chilenos, adquirieron departamentos de lujo y autos de alta gama con el dinero obtenido de manera ilegal.
La Fiscalía los acusa por delitos tributarios, asociación ilícita, lavado de activos y declaración maliciosamente falsa en la exportación.
Según declaró recientemente el ministro de Hacienda Mario Marcel, la magnitud de lo defraudado equivale a la construcción de 25 centros de salud familiar, tres hospitales de alta complejidad y 15 liceos.
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