Considerada como una de las operaciones más desafiantes del organismo multilateral, la Minusma agrupó a cerca de 15 mil 200 militares y policías y casi dos mil civiles bajo su mandato.
La Misión fue desplegada en 2013 tras una violenta insurrección de rebeldes separatistas que intentaban tomar el control del norte del país y un posterior golpe liderado por los militares.
Sus objetivos incluían apoyar una transición política, proteger a los civiles y mantener la paz en el noroeste de Mali, incluido Gao.
Además, respaldó los esfuerzos de desarme y unos dos mil 300 excombatientes se sumaron al proceso de desmovilización y reintegración.
Otros de sus propósitos impulsaron el retorno al orden constitucional, incluida la adopción mediante referéndum de una nueva constitución en junio de 2023, así como apoyo técnico y logístico para las elecciones.
La víspera, el secretario general de la ONU, António Guterres, consideró clave el papel de la Misión en la protección de los civiles, el apoyo al proceso de paz, así como el respeto del alto el fuego en el contexto del acuerdo de reconciliación de 2015.
El titular de la ONU saludó el compromiso y el servicio de los países que aportaron contingentes y policías en circunstancias difíciles, incluso durante la fase de reducción y retirada de la Misión.
Guterres rindió homenaje a los 311 miembros del personal de Minusma que perdieron la vida y a los más de 700 que resultaron heridos por la causa de la paz durante su presencia en Mali.
De acuerdo con el cronograma de la retirada, el 1 de enero comenzará el período de liquidación, durante el cual un equipo más pequeño permanecerá en sitios como Gao y Bamako para supervisar el transporte ordenado de activos.
En junio último, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó el fin del mandato de las fuerzas a petición de las autoridades de transición.
Si bien las Naciones Unidas suelen conceder unos 18 meses para la retirada de una misión de mantenimiento de la paz multidimensional, la entidad de liquidación de la Minusma se esforzó por acortar este plazo.
La salida implicó la repatriación de 12 mil 947 efectivos uniformados, más la separación de mil 786 funcionarios civiles, además de la reubicación de una carga de aproximadamente cinco mil 500 contenedores marítimos de equipos y casi cuatro mil vehículos propiedad de Naciones Unidas.
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