Una nota del Ministerio de Relaciones Exteriores indica que «no hay, hasta el momento, noticias de brasileños muertos o heridos» tras el sismo que sacudió el centro de la nación asiática el día de Año Nuevo.
El mensaje asegura que, a través de su embajada en Tokio y sus consulados generales en Japón, el Palacio de Itamaraty, sede de la Cancillería, se mantiene en contacto con la comunidad brasileña en ese país y autoridades locales.
Medios periodísticos indican que el movimiento de magnitud 7,6 grados destruyó edificios, dejó sin electricidad a decenas de miles de hogares y obligó a residentes de varias zonas costeras a huir a terrenos más elevados.
Igualmente, causó olas de casi dos metros de altura a lo largo de la costa occidental de Japón y en Corea del Sur.
Ante la prensa, el primer ministro, Fumio Kishida, afirmó que movilizaron a las Fuerzas de Autodefensa, la Guardia Costera de Japón, el departamento de bomberos, la policía y otros organismos competentes hacia las zonas afectadas.
«Estamos utilizando todos los medios posibles para trasladar nuestras tropas al lugar y poco a poco comenzaremos a recuperar vidas», señaló.
La actividad sísmica continúa en el centro del territorio nipón, mientras aumenta el riesgo de derrumbes de casas y deslizamientos de tierra en los lugares en los cuales el temblor tuvo mayor intensidad.
Por el siniestro, la familia imperial japonesa canceló un evento público de felicitación de Año Nuevo programado para este martes en Tokio.
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