El atentado terrorista fue perpetrado este miércoles en el cementerio de Kermán, donde se conmemoraba el aniversario cuarto del asesinato del comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, Qasem Soleimaní (1957-2020).
«Al expresar sus condolencias a los familiares de las víctimas y su solidaridad al pueblo y al gobierno de la República Islámica de Irán, Brasil reitera su más firme rechazo a todo acto de terrorismo», informó el Palacio de Itamaraty, sede de la Cancillería.
Medios periodísticos aseguran que dos bombas fueron detonadas a una distancia de unos 700 metros y de aproximadamente un kilómetro de la tumba en la cual descansa el máximo comandante de Irán.
El Gobierno iraní declaró el 4 de enero como día de luto nacional por las víctimas del ataque y el presidente del país persa, Ebrahim Raisi, afirmó en una nota que «sin duda alguna, las fuerzas de seguridad y del orden identificarán y castigarán por las acciones atroces a los autores intelectuales y materiales del acto cobarde».
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