Un comunicado divulgado este sábado en el sitio digital de la publicación especializada Libero Tecnología, señala que como resultado de las excavaciones, que se prolongaron durante dos años, un equipo de expertos del grupo arqueológico Eos Arc, anunció el hallazgo de un cementerio con 67 esqueletos en 57 tumbas ricamente decoradas.
Emanuele Giannini, especialista a cargo de esos trabajos, señaló en declaraciones a la prensa que “la magnitud del descubrimiento no tiene paralelo, pues encontramos varios esqueletos calzando zapatos caros y rodeados de riquezas”.
“Todo ese lujo y el hecho de que los huesos no muestren signos de estrés o trabajo físico nos hace pensar que eran miembros de familias romanas de clase alta”, añadió Giannini, quien precisó que esas tumbas “fueron diseñadas para parecerse a las casas, con opulentas cubiertas y decoraciones en el interior de los nichos funerarios”.
De hecho, según dijo, las paredes de muchas de ellas presentan elaborados revestimientos de tela, mientras que el exterior está cubierto con azulejos o piezas de terracota.
Los primeros indicios de la existencia de este sitio aparecieron 24 meses atrás, cuando se iniciaron en ese lugar los trabajos para la edificación de una importante planta de energía solar.
El sitio arqueológico abarca 21 hectáreas y los restos se hallaron, en su mayoría, muy cerca de la superficie de la tierra, a una profundidad de aproximadamente 50 centímetros, conservados en gran medida gracias al hecho de que el carácter rocoso del terreno, impidió por siglos el desarrollo de actividades agrícolas en esa zona.
Entre los objetos encontrados se encuentran anillos de plata grabados, amuletos con piedras preciosas, numerosas piezas de cerámica de terracota, monedas romanas de diferentes valores, así como lujosos zapatos y prendas de vestir.
La mayoría los nichos excavados eran comunitarios, ocupados por dos o más personas presumiblemente unidas por su parentesco, y “algunos de los esqueletos se encontraron con los brazos entrelazados en un abrazo eterno”, señaló Giannini, quien apuntó que “construir tumbas para núcleos familiares enteros es un rasgo típico de la antigua Roma”.
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