Los desastres extremos no escaparon a ninguna región del planeta durante el pasado calendario y también fueron más intensos, apuntó la referida agencia de ayuda y desarrollo de 41 iglesias cristianas en el Reino Unido e Irlanda.
El informe «Counting the Cost 2023: un año de colapso climático» analizó los 20 mayores desastres ocurridos en 14 países repartidos en todos los continentes (excluyendo la Antártida), agravados por el cambio climático.
Dichos fenómenos abarcaron desde incendios forestales, sequías (desastres climatológicos) hasta inundaciones y tormentas (desastres hidrológicos y meteorológicos).
Los investigadores calcularon los costos económicos per cápita de los fenómenos climáticos extremos y señalaron la flagrante desigualdad de sus impactos entre los países ricos y pobres.
Es probable que los países de ingresos más altos tengan mayores costos per cápita por estas afectaciones, incluidas inundaciones, porque tienen una infraestructura más sólida, niveles de vida más altos y una mayor cobertura de seguro, señaló el reporte.
Por ejemplo, el 74 por ciento de las pérdidas económicas en Estados Unidos (por 76 mil 400 millones de dólares) estaban aseguradas, frente a solo el 13 por ciento de las mismas (22 mil 200 millones de dólares) en la región de Asia y el Pacífico.
Asimismo, el tiempo y los costos incurridos para recuperarse de tales desastres son muy desiguales en todo el orbe, señaló la investigación.
Las personas en los países más ricos podrán recuperarse mucho más rápido que sus contrapartes más pobres (naciones de ingresos bajos o medios).
Igualmente, muchas personas se hundirán más en la pobreza a medida que se destruyan o dañen sus activos.
En los países pobres, la gente suele estar menos preparada para los desastres relacionados con el clima y tiene menos recursos para recuperarse, afirman los expertos.
Por ello, muere una mayor cantidad de gente y la recuperación es más lenta y desigual.
«Hay una doble injusticia en el hecho de que las comunidades más afectadas por el calentamiento global hayan contribuido poco al problema», afirmó el director ejecutivo de Christian Aid, Patrick Watt.
Por otro lado, los desastres, especialmente las inundaciones y tormentas que afectan a un mayor número de personas, suelen ocurrir en países de ingresos bajos o medios.
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