De acuerdo con un informe del Observatorio de Dinámica Solar de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), las llamaradas y erupciones del Astro Rey solares pueden afectar las comunicaciones por radio, las redes de energía eléctrica, las señales de navegación.
Los instrumentos de dicha entidad capturaron en imágenes los destellos brillantes en el área superior izquierda del Sol que muestran un subconjunto de luz ultravioleta extrema en las cuales resaltan las temperaturas extremadamente calientes del material, encargadas de formar las llamaradas.
En esta ocasión, la primera de dichas llamaradas, se clasifica como X1.8 y la segunda como X1.7. La clase X denota las más intensas y el número proporciona más información sobre su fuerza.
Anteriormente se habían registrado tormentas similares los días 9 y 16 de febrero.
Las tormentas solares liberan radiación de alta energía y arrojan grandes cantidades de plasma magnetizado al espacio exterior.
Dichos procesos, señalan los astrónomos, cuando son más intensos pueden causar graves daños a los satélites en órbita, a las redes de energía eléctrica y a las telecomunicaciones cuando se dirigen a la Tierra.
En ocasiones, indican los expertos de la NASA, los campos magnéticos de las manchas solares se ven alterados en acontecimientos violentos que dan lugar al nacimiento de tormentas magnéticas solares, como llamaradas o eyecciones de masa coronal.
Los registros de observaciones al Sol desde principios del siglo XVII muestran que el número de manchas varía periódicamente, y cada 11 años aproximadamente, el número esos efectos y la intensidad de la actividad solar alcanzan un pico y es entonces cuando se esperan las perturbaciones más violentas.
“El Sol está formado por un gas ionizado caliente conocido como plasma y los enormes flujos de esa sustancia y convección conspiran juntos para formar campos magnéticos dentro de él que se manifiestan en la superficie como manchas oscuras”, explica la NASA.
Las manchas solares son comparables al tamaño de la Tierra y son sedes de un intenso magnetismo, unas 10 mil veces más fuerte que el campo magnético de nuestro planeta.
Cuando llega el ciclo de las manchas solares es posible observar que el campo dipolar del Sol aumenta y disminuye en fuerza; de esta forma, los polos magnéticos norte y sur intercambian lugares y eso tiene lugar también cada 11 años.
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