Los episodios de aislamiento impactaron en la salud mental, socialización y aspectos vinculares de menores de edad, consigna una investigación de La Diaria.
Según la publicación, los síntomas de depresión y ansiedad recrudecieron; la conducta suicida y la autoeliminación consumada aumentaron.
La ausencia de espacios de socialización, como las escuelas, clubes, espacios de recreación e intercambio con grupos de pares, generó problemas en la vinculación de los infantes.
Para la psicóloga forense Adriana Savio, hubo una “asimilación negativa” del aislamiento. Los trastornos de personalidad y antisocialidad aumentaron junto a los niveles de depresión y tristeza.
El vicepresidente de la Sociedad Uruguaya de Pediatría, Walter Pérez, señaló que desde el inicio de la pandemia se incrementaron notoriamente los problemas anímicos y de conducta en los niños.
Una de las consultas más frecuentes fue el intento de suicidio y depresión en esa población, en quienes recrudecieron evidentemente los síntomas de depresión y ansiedad.
También destacó la presencia de trastornos de depresión extrema, problems severos en la alimentación y anorexia nerviosa.
Entre el 10 y 20 por ciento de los ingresos hospitalarios diarios en la pospandemia están motivados por problemas psicosociales.
Uno de los más importantes son los niños y los adolescentes con intentos de autoeliminación, acción suicida y lesiones autoinfringidas, dijo el doctor y profesor Gustavo Giachetto, pediatra del hospital Pereira Rossell.
A la par, de acuerdo al último informe del Sistema Integral de Protección a la Infancia y a la Adolescencia contra la Violencia, en 2021 y 2022 se superaron los siete mil casos registrados de violencia hacia niños, y adolescentes, cuando en los dos años anteriores no alcanzaban los cinco mil.
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