El cambio climático, asociado a fenómenos como El Niño, están empujando las temperaturas a niveles récord y las olas de calor aumentaron de nueve a 62 en las últimas 10 temporadas y el 2024 no será la excepción, precisa el estudio.
De acuerdo con la doctora Anita Arenas, del Instituto Milenio de Biología Integrativa y de la Universidad de Talca, responsables de la investigación, estos episodios afectan tanto el peso y la calidad del grano de trigo, clave para la seguridad alimentaria mundial.
Uno de los principales resultados, aseguró, fue que en respuesta a las altas temperaturas el llamado trigo duro o candeal sufrió una pérdida de peso de -23,9 por ciento, disminuyó el contenido de almidón y subió el nivel de proteína.
Arenas indicó que sobre este último punto serán necesarios nuevos análisis para determinar si el incremento de proteína está acompañado por un cambio en la composición del gluten.
En este trabajo, dijo, están colaborando con investigadores del Reino Unido para hacer una búsqueda comparativa en más de 800 genotipos de trigo adaptados en diversas regiones del mundo y hallar las que presenten mayor resiliencia al aumento del calor. Chile consume el doble que el promedio mundial por habitante de trigo al año, equivalente a unos 2,4 millones de toneladas, de las cuales produce el 45 por ciento en el centro y sur del país y el resto lo importa de Argentina, Canadá y Estados Unidos.
Además del uso humano, generalmente en forma de harina, el salvado, un subproducto conformado por la parte externa del grano, se utiliza para la alimentación animal.
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