Tal decisión, que será de manera obligatoria, revierte la medida unilateral adoptada por la administración del entonces mandatario Jair Bolsonaro, en junio de 2019, de suspender la exigencia de visado para esos países y Japón.
En la ocasión se alegó que, de esta manera, se facilitaría la entrada de más turistas, en una decisión inédita por ignorar el principio de reciprocidad usado en general por la diplomacia.
Al respecto, el ministro de Relaciones Exteriores, Mauro Vieira, explicó que la política de reciprocidad es un mecanismo histórico de la diplomacia brasileña.
«El país que acepte que los brasileños viajen sin visa física, le daremos la misma ventaja», precisó Vieira. Según el canciller, el Gobierno federal llamó a los cuatro países para negociar los visados y solo los japoneses aceptaron liberar los visados para los brasileños.
Desde septiembre, la exención de visa entre Japón y Brasil está en vigor, después de un acuerdo firmado por Lula y el primer ministro nipón, Fumio Kishida, durante la Cumbre del G7 (grupo formado por Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá), realizada en la ciudad japonesa de Hiroshima, en el primer semestre de 2023.
«Los otros (países) alegaron que no era posible por la legislación de cada uno de ellos», comunicó Vieira.
Los ciudadanos estadounidenses, canadienses y australianos que deseen conocer Brasil deberán solicitar la visa, la cual será exigida en los puertos, aeropuertos y fronteras terrestres nacionales.
Cifras de la Policía Federal, del Ministerio de Turismo y de la Agencia Brasileña de Promoción Internacional del Turismo muestran que más de 750 mil visitantes de esas nacionalidades vinieron a Brasil en 2023.
Fueron 593 mil 246 de Estados Unidos, la segunda cantidad más grande del año, solo detrás de Argentina, con 1,7 millones. Canadá es el decimoquinto en la lista de turistas, con 75 mil 952.
Australia aparece en el decimoctavo lugar, con 42 mil 68 visitantes, y Japón, con 38 mil 826 viajeros, se situó en el 20.
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