La niña, de 10 años, fue baleada cuando acompañaba a su padre a bordo de un vehículo en la comuna de Maipú.
Desde Guatemala, donde asiste a la toma de posesión del nuevo gobernante de ese país centroamericano, el presidente Gabriel Boric dijo estar conmovido, desgarrado e indignado por este hecho.
“Por sobre todo, agregó, nos moviliza a perseguir con más fuerza esta delincuencia cobarde e inmisericorde”.
En esta capital, el subsecretario de Prevención del Delito, Eduardo Vergara, lamentó el crimen e informó que se orientó a las autoridades correspondientes realizar un procedimiento de urgencia para dar con los responsables.
La policía maneja la hipótesis de que se trató de un ataque fallido contra el progenitor, pero la familia rechazó esa idea porque, señalaron, es una persona normal y trabajadora, propietaria de una reparadora de neumáticos y sin vínculos con grupos de dudosa conducta.
En las últimas semanas numerosos menores resultaron víctimas en Chile de balaceras entre grupos delincuenciales o ajustes de cuentas.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia señaló en un comunicado que no se puede normalizar la muerte de un niño o niña producto de la violencia existente en su entorno, y llamó al Estado chileno a brindar una protección eficaz a este sector.
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