En el país caribeño fueron creados cinco centros de germoplasma forestal para este fin, uno de ellos promovidos por el asesinado presidente Juvenel Moïse, situado en el territorio de Gran Pré, en el noroeste.
El lugar alberga posturas listas para su siembra, pero siguen ahí, denunció la versión digital del diario Le Nouvelliste.
El periódico añade que dicho sitio aloja a 23 variedades de plantas: «albaricoque, caoba venezolana, árbol del pan, árbol real, aguacate, cacao, cachimán, café, acasia, cedro, cerezo, chadèque, limón, guanábana, fresno, guayaba, olivo, nuez de caoba, naranjo dulce, samán, tamarindo, roble y flamboyán».
Esto –puntualiza el rotativo- hace un total de un 70 por ciento de árboles frutales y el 30 de maderables, pero los responsables siguen sin solucionar el problema, y ya muchas posturas echaron hasta raíces.
El Centro de Investigación sobre Planificación y Desarrollo de Haití de conjunto con el Ministerio de Medio Ambiente tenía como meta garantizar la reforestación, proteger la naturaleza y fomentar la seguridad alimentaria.
Tras la muerte de Moïse, los centros de germoplasma forestal, en particular el de Grand Pré, no recibieron la misma atención que antes.
Como consecuencia, muchas de las plántulas alcanzaron la madurez sin poder trasplantarse a otro lugar para ser plantadas a tiempo.
Esto trajo consigo pérdidas considerables entre estas posturas, que, una vez alcanzada la madurez corren el riesgo de no servir de mucho.
Estas plántulas son entregadas de manera gratuita, pero en el pasado la práctica habitual de las ONG era dar dinero para que las personas se llevaran las pequeñas plantas y las sembraran.
Las ONG ya no están, pero quedó cultivada la costumbre, y por eso es difícil que los ciudadanos vayan a buscar las especies disponibles. El pasado mes de octubre a pesar de hacer el anuncio con días de antelación, la ciudadanía no mostró gran entusiasmo debido a que no había dinero de por medio.
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