La estatal Agencia Brasil indica que el presunto homicida «fue localizado en una gasolinera entre las ciudades de Uberaba y Uberlândia (estado de Minas Gerais, sudeste) y portaba tres mil dólares».
Sikkeman, de 75 años, era uno de los socios propietarios de la galería Sikkema Jenkins and Co., de Nueva York, y su cuerpo sin vida apareció con 18 perforaciones de arma blanca dentro de su casa, en el carioca barrio de Jardim Botánico.
Para identificar al sospechoso, identificado como Alejandro Triana Tévez, la policía usó imágenes de las cámaras de vigilancia.
El sujeto, que según la prensa local es de origen cubano, estaba prófugo y fue hallado descansando en una estación gasolinera.
Según el director de la unidad de homicidios de la policía estadual, Felipe Curi, se maneja la hipótesis de que se trató de un robo que degeneró en asesinato.
«Los resultados preliminares de nuestra investigación indican que Alejandro vino de Sao Paulo expresamente para cometer este crimen», señaló Curi.
Precisó que el supuesto ejecutor del crimen regresó a territorio paulista, lo que llevó a los detectives a pensar que tenía «algún tipo de información privilegiada» y conocía a la víctima.
En 1971, Sikkema inició su carrera en el Taller de Estudios Visuales de Rochester, Nueva York, donde era director de exhibiciones.
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