Casanova vivió recientemente días muy complejos por el fallecimiento de su esposa, causa que lo alejó del equipo donde presta servicios en calidad de refuerzo en el actual campeonato.
Los llamados Cazadores necesitan de un éxito para emparejar la serie a dos, tras caer este viernes por 8-4 ante el conjunto de Matanzas, que apeló a su bateo de largo alcance para tomar ventaja en el pareo por el título.
Hijo de Luis Giraldo Casanova, uno de los bateadores más excelsos en la historia del béisbol en la isla, el pícher anunciado para la apertura por Artemisa debutará en la postemporada, luego de cinco aperturas en la fase regular, cuatro de ellas de calidad, con saldo de 3-2 y 1.15 de promedio de carreras limpias en 36 innings trabajados.
Con 100 victorias exactas en certámenes nacionales, la incorporación de Casanova al staff compensa un poco la baja de Liván Moinelo, quien partirá próximamente hacia Japón para los entrenamientos previos a la temporada de los Halcones de SoftBank en la Liga del Pacífico de aquella nación asiática.
En once postemporadas en torneos beisboleros de la isla, Casanova tiene marca de 6-6, según los archivos del estadístico Benigno Daquinta.
Además de las tensiones propias por los días sin lanzar, el derecho sentirá la ausencia en el lineup de su equipo del cuarto bate Frederich Cepeda, aquejado de un esguince que lo tendrá fuera de juego al menos todo el fin de semana y solo podría actuar como emergente.
Esa situación demanda más precisión del picheo para aguantar el empuje de la alienación rival, que suma 17 cuadrangulares en la postemporada.
Matanzas anunció al también derecho César García, quien a la inversa de su oponente, solo jugó playoffs en la liga invernal, con dos aperturas ante Las Tunas en la semifinal.
Una victoria de los Cocodrilos pondría el match 3-1, saldo que muy pocos equipos voltearon en la historia de los campeonatos de béisbol cubano.
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