En un texto divulgado por el diario Página 12 tras conocerse el fallecimiento de la abogada y defensora de los derechos humanos, Borón destacó su coherencia en la búsqueda de la paz y la felicidad de su pueblo.
Fue un personaje fascinante por la claridad de sus ideas, su sensatez, acendrado humanitarismo, inquebrantable vocación pacifista, revolucionaria y latinoamericanista, afirmó.
Conmovida por la interminable matanza que por décadas enlutaba su tierra, se volcó con todas sus fuerzas y la lucidez de su privilegiada inteligencia para lograr la pacificación de Colombia. Como lo reconociera años más tarde, en esa noble tarea empeñó todo su capital político y su reconocimiento social, añadió.
Asimismo, el sociólogo argentino recordó que su condición de mujer negra y sus luchas por la emancipación integral de los pueblos, potenciaron el odio que le dirigió la oligarquía colombiana.
Fue perseguida con una saña tan perversa como infrecuente, pero jamás se doblegó ante maniobras que iban desde amenazas a su vida hasta infames operaciones de lawfare que por largos años la privaron de su banca en el Senado, apuntó.
Activamente comprometida con la búsqueda de gestos que expresaran por parte de la guerrilla una voluntad de diálogo, ayudó a la liberación de rehenes. Logró abrir paso a los diálogos de paz que tendrían lugar en La Habana entre el gobierno de Juan Manuel Santos y la dirigencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias-Ejército del Pueblo, indicó.
Borón resaltó la vocación nuestroamericana de Córdoba que “la llevó a manifestar su militante solidaridad con todas las buenas causas de la región. Fue amiga incondicional de la Revolución cubana, de Fidel Castro, Hugo Chávez, Evo Morales, y de todos los líderes de los procesos emancipatorios en curso”.
Sábado de luto este, porque te fuiste, negra querida, en un momento en que necesitábamos de tu sabiduría y valentía. (…) Nunca serás para nosotros ni para las futuras generaciones, un ícono inofensivo, sino una permanente fuente de inspiración para luchar sin desmayos en la construcción de un mundo mejor. ¡Hasta la victoria, siempre, querida Piedad!, concluyó.
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