El reporte, centrado en los tres últimos meses de 2023, registró casos de funcionarios del Departamento de facto para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio que impidieron a las féminas trabajar o acceder a servicios porque no estaban casadas o no tenían un acompañante masculino.
A principios de diciembre, representantes talibanes de ese Departamento aconsejaron a una empleada soltera de un centro de atención médica que se casara o se arriesgara a perder su trabajo, agregó al respecto Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general, António Guterres.
Los argumentos usados afirmaron “que no era apropiado que una mujer soltera trabajara”, enfatizó el vocero en rueda de prensa.
La publicación también alerta de los continuos castigos corporales en lugares públicos, generalmente anunciados en las redes sociales para divulgar los delitos por los cuales fueron implementados.
La semana anterior, un informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) coincidió en que los hogares, las mujeres y las niñas siguen afectados por la crisis humanitaria y el deterioro económico tras los acontecimientos de agosto de 2021.
Con el título Revisión de dos años: cambios en la economía, los hogares y los sectores transversales afganos, el reporte describe un escenario socioeconómico sombrío para el país desde el regreso al poder de los talibanes.
Entre otras alertas, el texto reconoce las restricciones a los derechos de las mujeres y un sistema bancario casi colapsado como principales áreas de preocupación y necesitadas de cooperación internacional.
De acuerdo con el PNUD; la proporción de mujeres empleadas en todos los sectores ha disminuido drásticamente casi a la mitad, del 11 por ciento en 2022 a solo el 6 por ciento en 2023.
Al mismo tiempo, el 70 por ciento de los afganos no pueden cumplir sus necesidades básicas de alimentación, atención sanitaria, empleo y otras necesidades diarias.
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