Un decreto al efecto está a la espera de la firma de la Ministra de Economia y Finanzas, Azucena Arbeleche, y del presidente de la República, Luis Lacalle Pou.
El presidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura (Inavi), Ricardo Cabrera, dijo a la prensa que en pocos días más quedará firmado el decreto.
La normativa viene a llenar un vacío pues en la actualidad no existe la figura jurídica de vino sin alcohol. Por la legislación nacional, el vino debe tener un mínimo de 9,5 o 10 grados de alcohol.
Se trata de un “vino que se elaboró como tal, con la fermentación y todos los procesos enológicos y que por medios tecnológicos posteriores se le retira el alcohol, ya sea por destilación, por evaporación, por ósmosis inversa», explicó Cabrera.
Detalló que para ello hay tecnología muy moderna en el mercado, en especial europeo.
El vino sin alcohol está dirigido a personas que, por ejemplo, “quieren conducir su vehículo sin transgredir normas de tránsito, o no pueden tomar alcohol por algún problema de salud, embarazo o buscan un estilo de vida más sano”.
Ricardo Cabrera recordó que “el vino sin alcohol tiene más de 30 años en el mundo, los pioneros fueron España y Francia y en América Latina en Chile ya existe un vino desalcoholizado, no cero”.
En 2023 Uruguay produjo 50 millones de litros de vino, en su mayoria tintos. Respecto a 2022 hubo una considerable merma en la cosecha por los efectos de la persistente sequía que determinó la emergencia agropecuaria decretada por el gobierno durante gran parte del año.
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