Según la Comisión Europea (CE), las medidas propuestas están en correspondencia con la Estrategia Europea de Seguridad Económica (2023), sin afectar las transacciones comerciales ni los proyectos inversionistas de interés para el área comunitaria.
A partir de la premisa enunciada, esperan endurecer el control de las inversiones extranjeras en la UE, aplicar un monitoreo más minucioso de los riesgos relacionados con las inversiones europeas en la tecnología militar de terceros y reforzar las regulaciones relativas a las exportaciones de los productos de doble uso (civil y militar).
También prevén incentivar las investigaciones de doble uso y el control de la injerencia extranjera en ese sector primordial.
“En una época de tan profunda agitación geopolítica y rápidos cambios tecnológicos, debemos ser realistas sobre los riesgos a los que nos enfrentamos”, señaló el vicepresidente ejecutivo de la CE y responsable de Comercio, Valdis Dombrovskis, al presentar el paquete medidas a la prensa.
Las proyecciones de la CE en torno a las inversiones extranjeras directas implicaría revisar una legislación en vigor hace tres años y que hasta el momento permitió analizar más de mil 200 operaciones notificadas por los Estados miembros, asociadas fundamentalmente a Estados Unidos, Reino Unido, Suiza, China, Singapur y Emiratos Árabes Unidos.
De acuerdo con la institución, también es un peligro que los investigadores europeos compartan conocimientos sensibles y tecnologías con otros académicos internacionales que puedan emplearlos con fines militares.
El planteamiento general es aumentar la capacidad de la UE para “evaluar riesgos y vulnerabilidades, y abordarlos de forma proporcionada y precisa”, afirmó Dombrovskis.
En el caso de las tecnologías avanzadas, alegó, “no queremos que se filtren a quienes podrían utilizarlas para mejorar sus capacidades militares y de inteligencia”.
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