El órgano de Naciones Unidas analizará información actualizada de los últimos tres meses de 2023 sobre las fuentes y las rutas de los flujos de armas y financieros ilícitos, así como los principales desafíos para la preservación de derechos humanos y la seguridad.
La reunión pasará revista a los reportes elaborados por la Misión Integrada de las Naciones Unidas en Haití (Binuh) y la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito.
Entre otros aspectos, los textos reconocen los esfuerzos para el diálogo y la conciliación política de la Binuh, el Grupo de Personas Eminentes de la Comunidad del Caribe (Caricom) y otros actores nacionales e internacionales.
Al mismo tiempo enfatizan en retos para la estabilidad de la nación como la disminución del número de policías o la expansión del control de las bandas armadas.
Según los reportes, los departamentos de Oeste y Artibonito siguen afectados por una inseguridad extrema caracterizada por la violencia indiscriminada de bandas armadas que atacan a la población civil y las unidades y la infraestructura de la policía.
En tanto, en la zona metropolitana de Puerto Príncipe, la influencia de las bandas se amplió a un ritmo alarmante a zonas antes menos afectadas, como Carrefour-Feuilles, Solino, Bon-Repos, Mariani y Léogâne.
El aumento de las tasas de homicidios y secuestros perpetrados por las pandillas obligó a cientos de miles de personas a abandonar su hogar, según los testimonios recogidos.
Entre el 1 de octubre y el 31 de diciembre, las autoridades haitianas registraron mil 432 homicidios dolosos, de los cuales 157 fueron de mujeres, 24 de niñas y 31 de niños, frente a las 673 víctimas registradas en el mismo período del año anterior.
En esa misma etapa, el número de secuestros fue 698 -258 mujeres, 14 a niñas y 17 a niños-, frente a los 391 secuestros registrados en similar fecha de 2022.
Los homicidios registrados en 2023 aumentaron en un 119,4 por ciento respecto de las cifras de 2022, con cuatro mil 789 víctimas el pasado año (465 mujeres, 93 niños y 48 niñas), lo que equivale a una proporción de 40,9 homicidios por cada 100 mil habitantes.
El número de personas secuestradas por año igualmente se disparó de mil 359 en 2022 a dos mil 490 en 2023, lo que representa un aumento del 83 por ciento.
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