Así lo consignó a Prensa Latina su coordinador, Camilo Álvarez, quien defiende la formación política y popular para encarar “discursos hegemónicos del sistema capitalista que atentan contra la naturaleza y la propia vida”.
Se trata de una puesta pedagógica liberadora para la construcción de proyectos transformadores y la participación protagónica del pueblo en las decisiones, enfatizó
Resulta, detalló, una labor que pasa por barrios y comunidades; también por la formación de liderazgos en las bases, lo cual tiene también expresión en las batallas políticas nacionales.
El coordinador del CMLK Uruguay consideró el año que terminó como un período bisagra “que permitió afianzarnos luego de la pandemia”.
Conseguimos activarnos en cinco departamentos del país, donde ejecutamos procesos de formación política y educación popular con la involucración de dos centenares de personas, manifestó.
También fue un año donde logramos desplegar con mayor fuerza nuestra solidaridad internacional y análisis de coyuntura junto al área del diálogo ecuménico, acotó.
Camilo Álvarez comentó que el centro dirige su mirada al continente con el énfasis en la capacidad de las organizaciones sociales y el movimiento popular “de las izquierdas” de activar y proponer agendas latinoamericanas de transformación.
Son muchas las carencias en materia de igualdad y justicia que lo ameritan, apunta, e instó para ello a empuñar las banderas de próceres como José Gervasio Artigas, Simón Bolívar y José Martí.
“Sus visiones son imprescindibles para enfrentar un discurso creciente de las derechas radicalizadas, de un neoliberalismo que se profundiza e intenta continuar con el despojo de nuestros recursos naturales, conocimientos y formas de vida”, expresó.
En ese batallar el CMLK Uruguay prioriza el diálogo y relacionamiento con organizaciones sociales y populares del continente, en espacios como Construyendo Comunidades, que comparte experiencias de desarrollo comunitario, concluyó.
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