Por tales razones, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) alertó sobre la necesidad de cambiar las prácticas agrícolas y ganaderas, y mejorar el tratamiento de las aguas residuales.
El fósforo y otro nutriente, el nitrógeno, son ingredientes clave de los fertilizantes sintéticos, los cuales se hicieron cada vez más populares en las últimas décadas, pero pueden tener efectos devastadores cuando entran en lagos, ríos y océanos, precisó.
Según la información proporcionada por la agencia medioambiental de la ONU, la agricultura es una fuente importante de contaminación por fósforo, tanto por la producción de cultivos como por la cría de ganado.
Además se encuentra en aguas residuales, los alimentos que se tiran y otros flujos de residuos.
También, junto con el nitrógeno, merma la riqueza de los suelos, degrada lagos, ríos y océanos en un proceso conocido como eutrofización, el cual provoca la proliferación de algas que intoxican el suministro de agua potable y crean zonas muertas carentes de oxígeno, que pueden matar a los peces y otras especies acuáticas.
La infestación por fósforo es una de las principales causas de la pérdida de biodiversidad y contribuye a la degradación de los ecosistemas de los que depende la humanidad.
De acuerdo con el Pnuma se calcula que la eutrofización cuesta dos mil 200 millones de dólares anuales sólo a la economía estadounidense.
En tal sentido señaló que los cambios en las prácticas agrícolas pueden ayudar a reducir la contaminación mediante el uso de estiércol en sustitución de fertilizantes que contienen dicho nutriente.
Los agricultores también pueden plantar cultivos de cobertura y evitar labrar la tierra, lo que mejorará la salud del suelo y reducirá la necesidad de fertilizantes.
Tales prácticas deben formar parte de un cambio más amplio hacia la agricultura regenerativa, un enfoque más respetuoso con el planeta que mejora la salud del suelo y mantiene la biodiversidad.
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