La nación necesita ayuda y la necesita rápidamente, urgió este jueves Stéphane Dujarric, vocero del titular de la ONU en rueda de prensa.
«Esperamos que los estados miembros que puedan contribuir en especie o en efectivo lo hagan», agregó el vocero a propósito de la reunión del órgano de seguridad para analizar la situación entre octubre y diciembre de 2023 en el país.
María Isabel Salvador, jefa de la Misión de la ONU, aseguró al Consejo que Haití reporta un aumento sin precedentes de secuestros, violaciones y otros delitos cometidos por bandas armadas.
Esto, afirmó, afecta cada vez más los medios de vida de las personas y socava las actividades humanitarias
Haití permanece azotado por la falta de seguridad, el accionar de bandas criminales y una escalada sin fin de violencia, dijo.
El año pasado, su oficina documentó más de ocho mil 400 víctimas directas de las pandillas, incluidas personas asesinadas, heridas y secuestradas, lo que representa un aumento del 122 por ciento en comparación con 2022.
La representante coincidió en el llamado de Guterres para alentar a todas las partes interesadas haitianas a prepararse eficazmente para el despliegue de la misión de Apoyo Multinacional a la Seguridad, aprobado en octubre último pero que aun no se concreta.
Por su parte, la jefa de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, Ghada Waly, adivirtió que en el actual contexto es más importante que nunca tomar todas las medidas posibles para evitar que los flujos ilícitos desestabilicen aún más el país.
En los últimos tres meses de 2023, esa Oficina detectó 11 pistas de aterrizaje informales o clandestinas en Haití, que representan un punto ciego posiblemente utilizado por traficantes y contrabandistas para volar a Estados Unidos.
“Nuestros hallazgos muestran que un número relativamente pequeño de pandillas haitianas, como los grupos 5 Segond y 400 Mawozo, se han especializado altamente en la adquisición, almacenamiento y distribución de armas y municiones”, alertó también Waly.
Estos grupos mueven armas de fuego desde los puntos de entrada a sus bastiones, antes de distribuirlas o venderlas a otros grupos armados.
En nuestro próximo informe analizaremos con más detalle la dinámica de las pandillas en Haití también influenciada por la región, adelantó.
“La crisis cada vez más profunda en Haití no ocurre de forma aislada. En todo el Caribe, las armas de fuego ilícitas son una preocupación creciente y están alimentando la actividad relacionada con las pandillas y el tráfico de drogas en un círculo vicioso”, aseveró.
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