En una entrevista publicada este lunes en el sitio digital de ese medio de prensa, Crosetto afirmó que en esta nación se transformó el aparato militar “con la idea de que ya no había necesidad de defender nuestro territorio y que la paz era un logro irreversible de facto” pero “las vallas han sido derribadas, ya no hay reglas”.
“El papel del ministro de Defensa supone tener en cuenta los peores escenarios posibles”, expresó, y se refirió a la posibilidad de “tener que defenderse en su propio territorio” así como de “prever es la intervención en países lejanos para defender los intereses italianos”, y reconoció que “sé que es algo difícil de aceptar”.
“Los reservistas no son necesarios para hacer la guerra, sino para defenderse, apoyando a las Fuerzas Armadas regulares, y sólo en el improbable caso de un ataque directo”, argumentó, y se refirió a la actual existencia de “una guerra híbrida”.
El titular italiano de Defensa aseveró que los ataques a barcos en el mar Rojo por parte de los rebeldes hutíes, de Yemen, no son sólo una ofensiva militar sino un nuevo capítulo de esa guerra híbrida, y anunció que su país enviará un barco “que se sumará a los que ya están presentes en la zona para otras misiones”.
“No podemos bombardear a menos que haya una resolución internacional o una solicitud de un país amigo”, aunque “podemos responder a los ataques, tal vez incluso anticiparlos”, alegó.
En relación con los reservistas, amplió que se tratará de “voluntarios que, en caso de necesidad, puedan ser activados”, pues «los militares tendrán que especializarse cada vez más, pero luego se necesitará un grupo más amplio”.
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