Aquí en la capital, hay un amanecer con cielo encapotado y a lo lejos, al norte, donde se alza el llamado Picacho, el guardián y compañero permanente del volcán El Salvador, la bruma y las nubes impiden se distinga la mole de mil 960 metros sobre el nivel del mar. Será el anticipo de unas elecciones que pueden ser históricas si como se espera el candidato de Nuevas Ideas, Nayib Bukele, gane un segundo periodo continuo en el gobierno, algo que luego de interpretaciones de la Constitución, para muchos antojadizas, puede consumarse. La Carta Magna hasta ahora lo prohibía.
El ambiente en las calles capitalinas se mantiene tranquilo, reina el silencio electoral, solo roto por spots televisivos del aspirante de Nuevas Ideas solicitando apoyo para los candidatos de esa tolda al Legislativo, un indicativo de que algo, tal vez, no funcione bien.
Durante un deambular por el Mercado Central de la ciudad capital, el ambiente se mantiene idéntico a otros días aunque se aprecian algunos militares y policías en la zona, no en la misma proporción que en jornadas previas.
Un total de 22 mil agentes con el apoyo de efectivos de la Fuerza Armada camina por plazas, mercados y las calles del país para “prevenir y garantizar la seguridad” de los votantes.
En su recorrido por el mercado, este corresponsal habló con algunas mujeres que pidieron el anonimato. ¿Y ustedes por qué no forman un partido para defender sus derechos y llevan a una mujer a la presidencia?, preguntamos.
Una de las que respondió afirmó que su voto estaba condicionado por los hombres del hogar, otra se mostró incrédula y devolvió la interrogante con otra. ¿Usted cree que ganaríamos atendiendo al machismo que aun prevalece en nuestro país?
Es una gran interrogante que tal vez en un futuro tenga respuesta. Del total de cinco millones 262 mil 463 personas empadronadas para votar, el 53.3 por ciento son mujeres, una mayoría que debe aumentar durante los próximos años.
Un reciente informe del diario La Prensa Gráfica (LPG) indicó que las preferencias de las mujeres salvadoreñas que forman parte del padrón electoral y votan son determinantes para elegir a los funcionarios en el Gobierno. Los partidos políticos deberían tener cuidado en subestimar el voto femenino.
El sufragio de las mujeres tiene dos fortalezas en El Salvador: ellas son mayoría en el padrón electoral y también han sido en los últimos años las que más acuden a las urnas cuando hace más de seis décadas no tenían ni derecho al voto.
Las mujeres comenzaron a votar en 1952, año en que tuvieron lugar unas elecciones de alcaldes y diputados. Para ese entonces, el voto ya era escrito y secreto, por lo que no tuvieron que hacerlo en voz alta, como les sucedía a los hombres unos años antes.
A las elecciones de mañana una mujer, Marina Murillo, aspirará frente a cinco hombres por la butaca presidencial, una apuesta que puede ser el anticipo de que las féminas salvadoreñas busquen el lugar que les da su mayoría entre la población.
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