Más de 20 mil niños se ven privados del acceso a la enseñanza, y quienes logran ir a la escuela viven con el temor constante de que algo malo puede ocurrirle cuando estalla una de esas revueltas que sacuden el país.
En un comunicado divulgado aquí, la entidad denunció la incapacidad de las autoridades para garantizar un entorno propicio para el aprendizaje.
La asociación consideró que la inestabilidad e inseguridad pueden convertirse en males crónicos que obstaculizarían la continuidad de estudio de los educandos.
Sus miembros rechazaron la postura de algunos sectores que gustan de paralizar la actividad de los colegios como parte de sus fines políticos.
Ellos no muestran respeto por los niños y adolescentes de Haití, porque tienen a sus hijos estudiando en el extranjero lejos del caos que vive el país antillano.
La asociación instó a las autoridades a tomar medidas concretas para permitir que las escuelas funcionen con normalidad, especialmente en las zonas ocupadas por actividades de bandidos armados, subraya el texto.
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