En medio de las sesiones de la X Conferencia del Convenio Marco para el Control del Tabaco (FCTC, en inglés) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el doctor Miguel Azqueta explicó a Prensa Latina que su nación fue precursora en la implementación de una normativa reguladora.
La creación de ambientes 100 por ciento libres de humo, incluidos espacios cerrados públicos y privados, así como la limitación de fumar en lugares abiertos de instalaciones educativas y sanitarias, sobresalen entre aquellas primeras medidas, subrayó.
Las advertencias de salud y las normas sobre elevados precios de los cigarrillos y los impuestos también marcaron un antes y un después en el enfrentamiento al tabaquismo, según indicó el experto.
El uso de nuevas tecnologías para medir la cesación tabáquica y nuevos derroteros para avanzar hacia la prohibición de la publicidad, promoción y patrocinio de tabaco son otras iniciativas que colocan a Uruguay en la avanzada de este empeño.
Acerca de los nuevos productos emergentes y su impacto en la juventud, un tema controversial aquí, el galeno señaló que los jóvenes son la puerta de entrada y la industria tabacalera, lo tuvo muy claro hace 100 años y ahora.
La industria investiga y elabora producciones cada vez más novedosas, alejada de las entregas tradicionales asociadas al tabaco en sí; y crea sistemas electrónicos portadores de nicotina que pueden estimular el consumo dual, ante lo cual se deben definir políticas claras, incluso a lo interno de la COP10, dijo Azqueta al tiempo que instó a que las naciones que faltan suscriban el FCTC.
Acerca de este evento que concluye mañana sábado con la participación de más de 180 países, lo catalogó como un espacio ideal para intercambiar prácticas y experiencias.
Este tipo de reunión, dijo, debe ser un punto de inflexión porque si bien por un lado hay países que han avanzado en la implementación de directores o protocolos evaluados en estas conferencias, hay otros que a casi 20 años de suscrito el FCTC, en febrero de 2005, aún marchan más rezagados.
Cálculos preliminares señalan que el tabaco mata actualmente a más de ocho millones de personas por año en el mundo, incluyendo 1,3 millones de fumadores pasivos expuestos al humo, según la OMS, pero no hay estudios globales sobre el daño al medioambiente.
Tras el cierre de la COP10, este sábado, comenzará la tercera conferencia de seguimiento del Protocolo para la Eliminación del Comercio Ilícito de Productos de Tabaco (MOP3, vigente desde 2018), con participación de casi 70 países.
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