El descenso del nivel de aprendizaje es uno de los retos señalados, pues se necesitan con urgencia de programas de recuperación y nivelación académica, especialmente en lectoescritura, tras el impacto del apagón educativo.
El Informe de Estado de la Educación valoró además que se necesita una macroevaluación, o sea, se propone establecer un sistema integral de evaluación que permita impulsar mejoras significativas en diversos aspectos educativos.
Este punto incluye pruebas nacionales estandarizadas y evaluaciones de infraestructura, pues las medidas establecidas luego del apagón educativo a causa de la pandemia no fueron suficientes.
Un artículo publicado en CRhoy.com destaca que es necesario, además, mejorar la formación continua de los docentes, garantizando capacitaciones pertinentes y accesibles para asegurar una educación de alta calidad.
Proponen pruebas de idoneidad y aplicar exámenes basados en estándares nacionales y competencias laborales para garantizar la contratación de docentes calificados, así como reforzar estrategias para aumentar la presencia de mujeres en disciplinas STEM y cerrar la brecha de género en la educación superior.
De acuerdo con la Coordinadora del Observatorio de la Educación UAM, Margarita Chaves, hay una necesidad de acción colectiva e individual para afrontar estos desafíos. El 2024 es un año decisivo para la educación costarricense, deben tomarse acciones concretas. El presente informe subraya la necesidad urgente de una acción colectiva e individual para enfrentar
estos desafíos en la educación costarricense.
La investigación fue llevada a cabo por el Observatorio de la Educación de la Universidad Americana (UAM), el cual subraya, además, la importancia de tomar medidas concretas y urgentes en este año para mejorar el sistema y garantizar un futuro próspero para la educación en el país.
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