El pronóstico prevé que más de 700 mil menores sufrirán desnutrición aguda grave, considerada por los parámetros de Naciones Unidas como la forma más mortal de desnutrición y que demanda un tratamiento especializado e ininterrumpido para salvar vidas.
Además de los millones de adultos afectadas por la guerra, las consecuencias son aún peores para los niños, dijo al respecto el portavoz del secretario general (António Guterres), Stéphane Dujarric.
Por su parte, la directora ejecutiva de la Agencia, Catherine Russell, consideró como más necesario un acceso humanitario seguro, sostenido y sin obstáculos en todo el país y especialmente a través de las líneas de conflicto.
El Fondo para la Infancia es el único proveedor de alimentos terapéuticos listos para usar que se emplean para tratar a los niños con desnutrición aguda grave.
Esto incluye equipos móviles de salud y nutrición, campañas de búsqueda y tratamiento y apoyo a los trabajadores sanitarios de primera línea para evitar el colapso total de los servicios de salud que salvan vidas para los menores.
La Agencia y sus socios aseguraron el suministro de estos alimentos esenciales hasta julio pero debió ampliar su respuesta para evitar una pérdida masiva de vidas.
La Unicef lanzó un llamamiento para reunir 840 millones de dólares con el objetivo de apoyar a 9,9 millones de sudaneses con asistencia humanitaria, incluyendo a 7,6 millones de niños.
Sin embargo, al igual que en la mayoría de las crisis del planeta, la falta de fondos de la ONU pone en peligro la respuesta sobre el terreno.
En 2023, el llamamiento de Unicef apenas recibió el 28 por ciento de la financiación.
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