Esta medida amplía el veto que ya existía a la descarga de hidrocarburos.
El pacto provisional, que aún debe ser ratificado por ambas instituciones, actualiza la directiva sobre la contaminación del transporte marítimo y endurece las normas, ampliando los vertidos que serán causa de multa y reforzando los controles, según informó el Parlamento Europeo en un comunicado.
Se suman a la lista de sustancias que no pueden verterse al mar (incluido el petróleo y otros líquidos nocivos) las aguas residuales, basuras y residuos de depuradoras.
Además, el acuerdo prevé que cinco años después de que las normas empiecen a aplicarse, la UE las revise para evaluar si se sancionan también los vertidos de deshechos plásticos, de granulados o las pérdidas de los contenedores de transporte marítimo.
Sin embargo, esta revisión no llegaría en principio hasta pasado 2030, puesto que una vez que el acuerdo sea ratificado, los países tendrán dos años y medio para incluirlo en su legislación nacional, con lo que las normas solo empezarían a aplicarse a finales de 2026 o principios de 2027.
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