Según el ministro de Turismo, Tabaré Viera, se trata de una pequeña tasa «que va a ser imperceptible» y estará destinada a mejorar el sistema de control fronterizo.
Con tal propósito el gobierno decidió implementar un nuevo costo en los pasajes marítimos y fluviales, más Impuesto al Valor Aagregado, para un total aproximado de 2,56 dólares.
A pesar de haberse mostrado en desacuerdo en un principio, el titular de Turismo defendió la disposición firmada por el presidente Luis Lacalle Pou y los ministerios de Economía y Finanzas, del Interior y de Transporte y Obras Públicas.
“Esta fue una tasa que el Poder Ejecutivo determinó para poder financiar algo que se pedía a gritos, que es la mejora técnica, tecnológica del control de migraciones”, señaló Viera, también precandidato presidencial por el Partido Colorado.
Pero desde la Asociación Turística de Colonia del Sacramento, ciudad portuaria al oeste de aquí, consideran negativo el impacto del nuevo impuesto en esa localidad, que fundamentalmente vive del turismo y el intercambio de pasajeros por vía fluvial con Argentina.
Así lo expresó a la prensa el presidente de la Asociación, Andrés Castellano.
“Para nosotros tiene un impacto en el turismo, sobre todo cuando estamos haciendo malabares para traer a los argentinos”, añadió, y señaló que, además, los barcos ya pagan una tasa migratoria por cada atraque en los puertos uruguayos.
Las empresas de transportación, que deberán actuar como agentes de retención, adelantaron que recurrirán la medida gubernamental.
Así lo adelantaron las navieras Colonia Express y Buquebus, que cruzan el Río de la Plata entre los puertos de Montevideo y Colonia, y el de Buenos Aires.
«Ellos asumen una obligación”. “Van a presentar sus descargos judiciales al no considerar esto como parte de un acuerdo”, explicó Castellano.
oda/ool