El doctor Carlos Peña, urólogo-oncólogo del «Hospiten Santo Domingo», manifestó que la prostatectomía radical es una intervención quirúrgica de alta especialización, que implica la extirpación de la próstata, las vesículas seminales y la sección de los conductos deferentes.
Aclaró que este procedimiento se reserva para pacientes diagnosticados con cáncer de próstata, con el objetivo primordial de buscar la curación de la enfermedad.
El especialista detalló que muchos enfermos sometidos a la cirugía de próstata enfrentan dos riesgos principales: el de incontinencia, que puede requerir el uso transitorio o permanente de pañales, y el de disfunción eréctil.
«Sin embargo, estos riesgos pueden ser mitigados significativamente con la implementación del neuroestimulador pélvico durante la prostatectomía radical”, aseguró.
De acuerdo con el experto, el neuroestimulador pélvico ofrece una herramienta innovadora que ayuda a reducir los efectos secundarios no deseados de la cirugía, mejorando así la calidad de vida del paciente.
El Dr. Carlos Peña, primer y único especialista en implementar esta tecnología en el país, precisò que se trata de «un dispositivo que administra una corriente eléctrica a través de electrodos para monitorear la continuidad y la función de un nervio específico a lo largo de su trayectoria”.
Agregó que la misma se puede aplicar en cualquier tipo de prostatectomía, ya sea en cirugía abierta, laparoscopía o cirugía robótica, particularmente cuando existe un riesgo de lesión nerviosa.
El propósito, reiteró, es reducir la posibilidad de daño al nervio pudendo localizado en la cavidad pèlvica y que es el encargado de regular la continencia y la función eréctil.
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