Uno mi voz a la de los obispos de Nigeria para condenar el cobarde secuestro de 317 muchachas, sacadas de su escuela en Jangebe, en el noroeste del país, expresó el sumo pontífice tras concluir el rezo dominical del Ángelus.
Oro por estas muchachas para que puedan regresar ponto a casa, indicó Francisco, quien manifestó su cercanía con ‘sus familias y con ellas mismas’.
Las adolescentes nigerianas fueron raptadas la antevíspera en la madrugada por hombres armados que atacaron la ‘Government Girls Junior Secondary School’ (escuela pública secundaria de primer nivel para niñas).
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