De acuerdo con el INE, la cifra evidencia la recuperación de la actividad económica tras los efectos sanitarios, sociales y financieros provocados por la pandemia de la Covid-19 y las medidas negativas implementadas en la gestión 2020.
Entre los países de la región sudamericana, Bolivia registra la tercera tasa de crecimiento más alta —después de Perú (20,88 por ciento) y Argentina (10,27)— muestra del éxito de las políticas económica y sociales implementadas por el Gobierno de Luis Arce.
La actividad económica que registró la mayor variación acumulada en este periodo fue la de minerales metálicos y no metálicos, con un incremento de 53,02 puntos porcentuales comparado con igual gestión de 2020, esencialmente por el incremento de los concentrados de plata, estaño y zinc.
Por otra parte, la reactivación de la demanda interna permitió una mayor variación positiva en el transporte y almacenamiento, con 35,43 por ciento.
El informe del INE destacó que el fuerte impulso brindado por la inversión pública, así como el dinamismo de la actividad privada, permitieron que el sector de la construcción subiera 35,29 puntos porcentuales.
Asimismo, la industria y el comercio tuvieron fuertes repuntes producto de la reactivación de la demanda interna y de las empresas estatales, que fueron paralizadas durante la gestión 2020.
Según el tipo de gasto, de enero a junio se reportó un ascenso en exportaciones de bienes y servicios con 20,29 por ciento, formación bruta de capital fijo (inversión) con 16, e importaciones de bienes y servicios con 11,75 puntos porcentuales.
El gasto de consumo de los hogares subió en 8,48 por ciento impulsado por la demanda interna, significó el organismo.
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