La Comisión Europea ofreció este miércoles reducir en un 80 por ciento los controles aduaneros y los trámites para las mercancías que se trasiegan entre Gran Bretaña y esa provincia británica, en un intento de rebajar las tensiones entre Londres y Bruselas.
Como parte del Tratado de Retirada que marcó la salida definitiva del Reino Unido de la UE, Irlanda del Norte se mantuvo dentro del mercado único y la unión aduanera europeos con el objetivo de evitar el establecimiento de una frontera física con la República de Irlanda.
El protocolo establece, sin embargo, que todos las mercancías procedentes de Gran Bretaña tienen que ser sometidas a controles sanitarios antes de entrar a ese territorio, con el fin de comprobar que cumplen con las regulaciones europeas.
La medida provoca demoras en el trasiego de las mercancías y es rechazada por los unionistas norirlandeses que amenazan con hacer caer el gobierno de coalición instaurado tras los acuerdos de paz que pusieron fin al sangriento conflicto armado en esa región en 1998.
Al reaccionar a la propuesta anunciada este miércoles por el presidente de la Comisión Europea, Maros Sefcovic, un vocero del gobierno del primer ministro británico, Boris Johnson, dijo que el próximo paso debe ser mantener de inmediato conversaciones intensivas para tratar de encontrar una solución.
El portavoz condicionó, sin embargo, un eventual resultado satisfactorio y duradero de esas pláticas a la introducción de cambios significativos al protocolo.
Necesitamos encontrar una solución que satisfaga a ambas partes, resguarde el Acuerdo del Viernes Santo y fortalezca las relaciones entre el Reino Unido y la UE, agregó.
Los unionistas norirlandeses fieles a la corona británica también anunciaron que la propuesta de la UE para flexibilizar el protocolo está muy lejos de aportar una solución sustantiva al problema.
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